Estás exactamente donde debes estar. Ten paciencia.
Ese es el mensaje que Dios me susurraba una y otra vez en uno d los momentos más difíciles de mi vida.
Y sin embargo a mi alrededor encontraba frases como: “Nunca te conformes con menos. Tu mereces mejor”. Cuántas veces has escuchado o leído algo así? De una amiga, de alguien cercano a ti, de algún libro de superación personal, de algún post en Instagram o Facebook.
Vivímos en un mundo en el que primero estoy yo, después mi y después mi mismo.
YO merezco.
Busco MI felicidad.
Esto lo hago por MI MISMO.
Tenemos la idea de que darte a los demás es sacrificar tu propia felicidad. Que si estás en un trabajo que se te exige mucho, VETE DE AHI. Que si tu matrimonio va mal, BUSCATE OTRO U OTRA. Y que si eres una mamá dedicada, NO TIENES VIDA PROPIA. Porque si no te hace FELIZ A TI, entonces no sirve. Entonces lo tiras, lo desechas y “avanzas”. Lo que no sabes que es que solo retrocedes y déjame te digo porqué…
Vivir así puede que te traiga felicidad momentánea. Pero la realidad es que ese trabajo, ese matrimonio, esa situación por la que estás pasando, te está haciendo CRECER. Te está preparando para lo que viene. Estás madurando; aprendiendo. No puedes saltarte las etapas porque si lo haces, tarde que temprano vas a llegar a ese mismo lugar y aún más frustrada o frustrado porque ha sido una “prueba NO superada”.
NO HUYAS! Enfréntalo, enfrenta la situación que te incomoda, RECONOCE lo que estás sintiendo, TRABAJALO, éntrale CON TODO. Da absolutamente TODO de ti. ESO ES HACER ALGO POR TI Y PARA TI!
Por moldear tu carácter, por convertirte en una mejor version de ti mismo, por demostrarte a ti mismo que no eres una persona que huye, sino que resuelve. Que cuando la vida te presenta situaciones difíciles, tu las recibes con buena actitud y tienes PACIENCIA al esperar tu recompensa (porque créeme que llegará).
Quieres saber qué es lo mejor de todo esto? Que mientras tu creces, todos a tu alrededor ven ese cambio en ti y eres de testimonio para esa gente sin darte cuenta. Y qué bendición es que además de aprender tu, le enseñas a los demás también. Y que mientras siembras bien… tu cosecha llega a manos llenas y entonces SI, estás preparado para lo que sigue: Un negocio propio, un mejor matrimonio (o uno nuevo), mas tiempo para ti, etc… PERO con la satisfacción que aprendiste y que lo hiciste bien.
Y si eres mama, sabes la importancia de ésta lección de vida para tus hijos: no se trata de huir, no se trata de convertir a las personas o las situaciones en cosas desechables, no se trata de darte la vuelta porque te sentiste incómodo. Se trata aprender de la vida y de cada situación. Esa es la VERDADERA FELICIDAD. Sentirte satisfecho contigo mismo, con quién eres ahora y de quién fuiste en medio de la prueba.
“Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, reciban la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman”.
Santiago 1:2
“Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente.
Recuerden que El los recompensará con una herencia y el Amo a quien sirven es Cristo. Pero si hacen lo que está mal, recibirán el pago por el mal que hayan hecho”.
- Colosenses 3:23-24
“También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia y la resistencia desarrolla firmeza de carácter y el carácter desarrolla nuestra fe”.
- Romanos 5:3-4
Deja que la gente hable, deja que la gente opine… deja que sigan siendo infelices con su ideología de “buscar su propia felicidad” como el hamster en la ruedita. Mientras ellos ruedan y ruedan y se quedan en el mismo lugar, tu avanzas, tu creces…
Y tu GANAS.
Desde mi corazón,
Mely.