Envejeciéndo Juntos - 5 Cosas Que Aprendimos para Lograrlo

En un momento de mi vida, esta imagen desapareció de mi mente. Porque NO. No nos veía envejeciendo juntos. Todo lo que soñé que compartiríamos para toda la vida; se derrumbó…

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Nuestro matrimonio fue puesto a prueba. Pasado por el fuego más feroz y después de quedar casi en cenizas, resurgió como algo nuevo, precioso, brillante y con un nuevo propósito.

Ahora, hablamos abiertamente de todo lo que aprendimos en ese proceso cuando tenemos la oportunidad de aconsejar a otras parejas.

Nosotros aprendimos que:

1- Tus problemas de pareja, son realmente problemas de tu infancia o de tu pasado sin resolver, que se DISFRAZAN en “problemas de pareja”.

Todos llegamos al matrimonio con equipaje. Algunos más cargados que otros. Sin embargo no puedes echar esa carga sobre la otra persona. Tu pareja NO es responsable de arreglarte, ni completarte y mucho menos de “hacerte feliz”.

2- El matrimonio es dos personas que trabajan INDIVIDUALMENTE en ser felices. Una persona no puede hacer feliz a la otra. Nadie tiene ese poder. Solo TU MISMO puedes decidir ser feliz. 

Tu pareja puede ser un elemento clave para hacer equipo contigo y ayudarte a ELEGIR ser feliz cada día, pero el o ella no puede ser la fuente de tu felicidad.

3- No existe tal cosa como “ser incompatibles”; más bien somos INCOMPETENTES en resolver nuestros conflictos internos personales (que no tienen nada que ver con la otra persona) y nos queremos ir por la puerta fácil con un: “No funcionó”, “No nos llevamos”, “Se acabó el amor” y una de las favoritas: “Somos muy diferentes”.

Cuando los dos entienden que el problema NO es tu pareja, ni tu matrimonio, entonces pueden ver que todo lo que no te gusta de la otra persona, todo eso que criticas, todo lo que sientes que son “incompatibles”... es tan solo un espejo de DE TI MISMO. Todo eso son las cosas que no te gustan de TI.

Ambas personas que conforman un matrimonio (en todos los matrimonios) son diferentes. Esa es la maravilla del matrimonio: una persona complementa y balancea a la otra. 

4- No hay alguien “mejor” allá afuera. Puedes salir corriendo y encontrar una nueva pareja, por supuesto que sí. Pero te puedo asegurar dos cosas: Uno - Habrás aprendido el patrón de HUIR y Dos - has de encontrar los mismos problemas que tenías con tu esposo o esposa, ahora con tu nueva pareja y aún MAS COMPLICADOS. Porque ella; al igual que tu, carga un equipaje también y ahora otro más pesado llamado culpa. Y tarde que temprano uno u otro seguirán aplicando ese mal habito, bien aprendido: SALIR CORRIENDO tan pronto se acabe la emoción y lleguen los problemas.

Y aún si crees encontrar alguien “mejor”, estarás llegando a esa persona siendo la peor versión de ti mismo. Y una vez más... NADIE tiene el poder de arreglar a la otra persona. Nadie mas que tú.

5- Cuando deciden trabajar juntos y permanecer, te conviertes en la MEJOR VERSION de ti mismo. Nadie debe de quedarse en un matrimonio por la otra persona, ni siquiera por los hijos. Te quedas en un matrimonio POR TI. Decides ser una persona que NO renuncia, decides ser alguien que reconoce sus propias faltas y sus heridas internas. Las enfrentas, las sanas y abres los ojos…

Entiendes que nunca se trató de tu esposa o tu esposo, sino que siempre se trató de ti. Ese cristal con el que la veías o lo veías al fin se desempaña, al fin te quitas la venda de los ojos. Al fin ves quién eras y quién PUEDES SER AHORA.

El matrimonio no es complicado, los complicados somos NOSOTROS MISMOS.

No hay matrimonio perfecto, todos los matrimonios pasarán por alguna situación que pondrá a prueba su relación. Y no. No es mala suerte, tampoco es que somos malas personas (aunque a veces tomamos decisiones desde un lugar lleno de confusiones propias); es que somos seres humanos que vivimos en un mundo quebrado, pero nosotros no tenemos que permanecer quebrados.

Si te sientes de esta manera en tu relación, deja de culpar a tu pareja y BUSCA AYUDA. No esperes a que algo cambie. El cambio comienza por ti.

Busquen consejería, solos o como pareja. Acérquense a algún matrimonio que pueda guiarlos en amor y compasión. Nosotros con cariño podemos apoyarlos y ayudarlos a encontrar los recursos para sanar individualmente y sanar juntos. Es posible!

Dos personas sanas, son dos personas INMENSAMENTE FELICES!

Desde mi corazón,
Mely

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