All Things Mely

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Cuando las cosas no salen como esperabas

Cuando estaba embarazada nos gustaba mucho ver a Fausto y a mi un reality show que se llama "Teen Mom" donde pasaban la historia de 4 adolescentes de 16 años que habían quedado embarazadas. Vivíamos junto a ellas su día a día, desde como tuvieron que dejar la escuela y ponerse a trabajar, sus pleitos con los novios (quienes a sus 16 años también, eran inmaduros y no querían hacerse cargo de sus hijos) y muchos, pero muchos momentos difíciles y complicados. Definitivamente para ellas las cosas no salieron como lo esperaban en lo mas mínimo. Cuando debían estar empacando para irse a estudiar a la Universidad de sus sueños, estaban cambiando pañales y calentando biberones. Ninguna de ellas se arrepentía de haber tenido a sus bebitos (bien por ellas!) pero también les dolía mucho saber que sus vidas cambiaron radicalmente y que nunca jamás volverían a ser las mismas.
Es cierto que toda mala decisión tiene su consecuencia, eso lo escuchamos todo el tiempo, pero que pasa cuando la decisión ya está tomada y tienes que vivir con las consecuencias? Qué pasa cuando ya no puedes dar marcha atrás? Hay muchas cosas de las que te puedes arrepentir y pensar "Si tan solo hubiera hecho esto o lo otro diferente". Todos hemos tomado decisiones de las cuales ahora dudamos, pero eso no necesariamente significa que lo hiciste mal, simplemente significa que el camino va a ser más complicado de lo que pensaste. Y ahí estamos, en ese momento en el que te dices a tí misma: "Esto no es como me lo imaginé". "Y ahora qué?".

He llegado a la conclusión que las mujeres somos muy duras con nosotras mismas. Nos cuestionamos cada pensamiento, cada movimiento, queremos y necesitamos ser perfectas porque si somos perfectas tendremos esa aceptación que tanto buscamos.
Es nuestra naturaleza el sentirnos amadas, protegidas, respetadas y admiradas. Y cuando recibimos lo contrario por las personas que más nos importan, rápidamente caemos en un estado de negación, nos bloqueamos y seguimos pretendiendo que todo esta bien. Pero tarde que temprano todas esas cargas terminan por agobiarnos y nos preguntamos cómo es que llegamos a ese punto de preguntarnos: "En qué momento nuestra vida se convirtió en esto?".

La respuesta es que nuestra vida la construimos día con día, no sucede de la noche a la mañana. Después de haber tomado todas y cada una de las decisiones IMPORTANTES que hemos tomado (estudiar, trabajar, casarnos, tener hijos, etc), cada día seguimos tomando decisiones que aparentemente son irrelevantes, cuando la realidad es que ESAS son las que construyen "en lo que se convierte nuestra vida".
No importa lo que hiciste en el pasado, no importa si fue la decisión correcta, o si talvez dudaste en tomarla o incluso si ya te diste cuenta que fue una mala decisión, lo que importa es qué haces con eso AHORA. En tus manos está convertirlo en un fracaso o en un triunfo.

Solamente tu puedes decidir si vivirás arrepintiéndote y sintiéndote miserable el resto de tu vida o si lo vas a convertir en algo positivo, solo tú puedes decidir en lo que tu vida se va a convertir.

Escribo estas lineas desde mi corazón porque siento que en éste punto de mi vida he madurado mucho y he entendido que no puedo ir tras una "vida perfecta" porque no existe y porque cada vez que algo salga mal, voy a sentir que "las cosas no salieron como esperaba" cuando la realidad es que estoy viviendo mi vida como UNA PERSONA NORMAL: Con fallas, con tropiezos, con tristezas y desiluciones... y eso solo significa que estoy creciéndo y aprendiendo, NO que estoy fracasando.
He aprendido mucho, muchísimo sobre el amor (como esposa, como mama, como hija, como hermana, incluso como amiga). Me he dado cuenta que conforme pasan los años, el amor se va transformando en algo más comprometido, más maduro, más entregado y más firme. Pero es justo en esos momentos en que "nada es como esperabas" es en los que tomas la decisión de seguir ahí, de seguir amando, de seguir esperando, de seguir perdonando, de permanecer, de hacer sacrificios y de entregarte aunque aveces dudas de tus decisiones.

Así que si estas en ese momento de tu vida en el que sientes que la vida no resulto como esperabas, solo recuerda primeramente que nuestra percepción de lo que "debe de ser nuestra vida" es por lo general algo que idealizamos, algo que no es real. Y segundo, recuerda que esta es TU vida, la vida que Dios te regalo y que solamente tu puedes decidir qué hacer con lo que tienes en el presente. 

Hace poco alguien me dijo: Mely, recuerda que la vida es tan corta! Y fue como un balde de agua helada. Son frases que siempre escuchamos, pero que muy pocas veces nos hacen reaccionar. Solo piensa en cuantas personas ya no están con nosotros y cuantas de ellas hubieran querido vivir la vida diferente. Sí, esa misma que tenían, con sus buenas y sus malas decisiones, pero simplemente vivirla a plenitud recordando cada día que la vida es un regalo, que no podemos esperar nada de ella, solo podemos disfrutarla y agradecer a nuestro Creador por la bendición de vivirla!