Adiós 2013, de tí aprendí...
Se nos va un año mas... uno lleno de... muchas cosas. Para algunos fue de aprendizaje, para algunos de sorpresas, para otros no fue uno nada fácil, talvez para otros el mejor de sus vidas. Cada quien tiene diferentes calificativos para el año que paso. Para mi, un año en el que conocí más de mi misma, en el que aprendí a analizar mi actitudes y entender mejor mi personalidad. El año pasado (que raro suena eso) fue un año en el que madure más que en todos los años juntos de mi vida.
Fue un año muy bueno, muy productivo, un año de muchos sueños cumplidos y de muchas, pero muchas metas más. En general, esto es lo que aprendi el año pasado... Aprendí que despertar un día mas ya es ganancia, que esta vida es verdaderamente un milagro... uno que olvidamos a cada rato y que a causa de eso vivimos estresados y expectantes. Esperando que todos nuestros problemas se resuelvan para entonces poder comenzar a vivir contentos... cuando en realidad la vida esta pasando ahorita, en este momento, en ESTE presente.
Aprendí a no tomarme las cosas tan en serio, ni a tomarme a pecho las palabras hirientes de las personas. Aprendí que cuando alguien te lastima, en realidad no se trata de tí, si no de esa persona... después de todo, las personas que hieren y que hablan sin pensar, es porque ellos mismos fueron heridos y no han podido desprenderse de esa amargura. Aprendí a ser mas compasiva, me di permiso de sentir más. De escuchar mas. De ponerme en los zapatos de otros. Aprendí a ser menos egoísta. A ver el dolor de los demás antes del mío. Y entonces simplemente aprendí que soy mas bendecida de lo que creía.
Aprendí también que los amigos siempre estarán ahí. No importa el tiempo ni la distancia, no importa cuan diferentes sean ya sus mundos, aprendí que esos lazos que hay en los corazones, no son fáciles de romper. Aprendí que la amistad se trata de simplicidad, de regalarnos días felices, momentos gratos, risas y sonrisas, de largas o talvez cortas conversaciones que sabes que son bien guardadas. Aprendí que la familia siempre será la familia. Aprendí a darme cuenta que ellos son los únicos que seguirán ahí no importa qué. Son los que, a pesar de conocer lo mejor y lo peor de ti, ahí estarán. Aprendí a amarlos, a respetarlos, a guardar silencio y a dar mi opinión únicamente cuando me lo piden. Aprendí a disfrutar el tiempo que paso con ellos, a valorarlos. Aprendí a ser honesta, a dejar de aparentar, a ser quien soy, a no pretender ser alguien más. Aprendí que soy mas fuerte de lo que pensaba y que las pruebas que se presentan son solo para hacerte una mejor persona, una mas real, mas autentica, una mas tú.
Aprendí que el amor es... es una decisión. Así de simple. Así de fácil. Aprendí que esto del matrimonio es una inversión en la que a veces ganas y a veces pierdes, en la que le dedicas todo tu tiempo, tu esfuerzo, y en donde apuestas todos, pero todos tus sueños y tus ilusiones, sin embargo también en el que tus expectativas se rompen porque por lo general son bastante irreales. Pero aprendí también que nunca, pero nunca jamás me había sentido mas completa que ahora. Aprendí que vivir mi vida con alguien que me ama por quien soy, tal y cual soy, hace que absolutamente todo valga la pena.
Aprendí que no puedo ser una mama perfecta y que mi tiempo, mi paciencia y mi total dedicación es el mejor regalo que le puedo dar a mi hijo y que el tiempo mejor invertido no es el que paso cumpliendo mis sueños para darle un mejor futuro, sino simplemente el tiempo que paso con el. Aprendí a disfrutar cada caricia y cada sonrisa porque el tiempo se va mas rápido de lo que pensamos. Aprendí que esta bien relajarme de vez en cuando, aprendí que esta bien si a veces no me pinto las uñas o no me desmaquillo en la noche, aprendí que esta bien si a veces quiero quedarme en mi ropa del gimansio (aun y cuando ni siquiera pisé el lugar en todo el día). Aprendí a aceptar un poco mas mis defectos, a valorarme un tantito más. Aprendí que esta bien si disfruto esos momentos completamente a solas, aprendí a no sentirme culpable por querer olvidarme del mundo entero y amar ese tiempo para mí misma. Aprendí a saber que lo merezco, al menos... de vez en cuando.
Aprendí también a ser humilde, a reconocer mis errores, aprendí que la vida y Dios se encargan siempre de darte las enseñanzas necesarias para ponerte en el lugar correcto, aprendí que puedo evitarme el desgaste cuando me rindo, no necesariamente cuando dejo de luchar; sino cuando reconozco mi necesidad de mi Creador y de Aquel que conoce mi corazón mejor que nadie. Aprendí que esta vida se vive mejor "creyendo y confiando", en vez de "esperando y deseando".
No se cuantos Años Nuevos más me toquen vivir, solo se que cada día que pase, quiero ser alguien que vive esta vida APRENDIENDO a valorarla. Feliz Año Nuevo con cariño!!